El ser advierte tu presencia justo cuando vas a clavarle tu espada.

En ese momento intenta esquivarte pero fracasa en el intento y tu espada queda sumergida en su pecho.

La cara del ser queda consternada al verte, como si te reconociera y justo antes de morir dice:

"Corre, sube esas escaleras y termina el camino, es la única forma de romper la maldición"