Logras colocarte en posición defensiva antes de que el ser se avalanzase.
Justo antes de agarrarte, tu escudo se ilumina y lanza una luz que ciega al ser.
En ese momento aparece el engendro y se avalanza sobre el horrible primigenio.
Mientras el engendro y el primigenio luchan, aprobechas el momento sin pensarlo demasiado y atacas.
Corres hacia los dos cuando el primigenio atraviesa el pecho del engendro con su mano.
Justo después llegas y le cortas la cabeza al horrible ser primigenio, acabando con todo el sufrimiento.